Una justiciera social me hace ser oficialmente el primer copywriter machista

Ayer respondí a un post de una copywriter en Linkedin.

Ella contaba una anécdota negativa que le había ocurrido con un posible cliente.
Y una mujer llamada Patricia, una justiciera de las causas perdidas en redes sociales, y CEO de una empresa (aunque más bien debería ser CEA) me hizo ver lo machista que soy con esta respuesta:

«Esto es un mansplaining de libro. Te lo explico: Marina está hablando del respeto al tiempo ajeno, sin embargo has decidido explicarle con un tono entre paternalista y condescendiente que, en realidad, la culpa es suya porque hace mal los seguimientos en su trabajo.
Que yo lea, Marina no ha pedido consejos sobre cómo puede mejorar su atención al cliente, ya que solo ha expuesto un caso de ghosting de un cliente. La pregunta «¿qué opinas?» va acompañada de un «¿debería no molestarme?». Creo que es evidente que no buscaba este tipo de respuesta. Si tu respuesta empezase con el «Creo que no deberías molestarte…» sería correctísima.
Normalmente leo este tipo de comentarios y me molestan pero no digo nada. Hoy me he decidido a decirlo públicamente por una cosa muy sencilla: todos tenemos mucho que mejorar y quizá esto te ayude a identificar en futuras ocasiones cuándo estás siendo, quizá inconscientemente, machista.»

Guau. Gu-a-u.

Bueno, la verdad es que me gusta ser oficialmente el primer copywriter machista.
Lo soy tanto que, cuando nació mi hija, le pedí el divorcio a mi mujer porque yo lo que quería era un macho alfa.
Muy alfa y muy dominante.
Soy tan machista que a mi hija y a mi hijastra no las educaré para que estudien, trabajen y hagan lo que quieran con su vida.
Les enseñaré a encontrar un hombre con dinero.
De hecho, creo que montaré un negocio para mujeres solteras en paro.

Consistirá en encontrar a hombres pusilánimes que estén deseando echar un polvo de vez en cuando, a cambio de mantenerlas.
Bueno, bromas a un lado.

Tengo que decir que su comentario me resultó muy divertido por varios motivos.
Primero, por su increíble capacidad de deducción al decir que esta chica no estaba buscando respuestas.
Aunque al final de su post decía 
¿qué opinas?
Pero como es una persona sabia, se dio cuenta de que sí que buscaba opiniones. Entonces la justiciera pasa a hacer alarde de su elocuencia, dejando claro que ella no estaba buscando MI tipo de respuesta. Madre mía, cómo está el gallinero.

Mira, un día escuché esta frase:

«Puedes tener tus propias opiniones, pero no puedes tener tus propios hechos».

Cuando regalas tu tiempo por completo a un no-cliente y le das más poder del que se merece, estás menospreciando tu tiempo.

Y le regalas el control de tu negocio a él. Enviar un portfolio no te hace más profesional.

De hecho, no le haces ningún favor al cliente, porque puede llevarse una opinión muy equivocada de tu trabajo, solo por ver el que has hecho para otras empresas. Cosa que en el copywriting, es especialmente absurdo.
Cuando alguien te dice 
tranquilo, tú mándame presupuesto que a mí no me preocupa el precio, ten por seguro que es la persona con más probabilidad de que te diga que no o que se quite del medio. Y la forma en que la mayoría de gente hace el seguimiento a los presupuestos suele ser del tipo Oye, solo quería saber si has recibido bien el presupuesto, o solo te escribo porque hace una semana que te mandé el presupuesto y quería saber si todo va bien.
En otras palabras, la mayoría muestra necesidad.
Aunque sea inconscientemente.
Y realmente hay otras formas de hacer un seguimiento mucho más efectivo, que te hace parecer más profesional, más solicitado y más deseado.

Todas estas cosas no son mi opinión.

Son hechos.

Es lo que ocurre. A todos por igual.
Pero sin duda, lo más divertido de todo esto es llamarme machista por dar recomendaciones basándome en mi experiencia.
En ese post dejo claro varias veces que yo también he cometido esos errores:

1) Yo también he hablado 1 o 2 horas por teléfono con una persona para que al final no me contrate (costándome discusiones con mi mujer). Sin duda este es un gran defecto que tengo, y mi asignatura pendiente a corregir.

2) Yo también me he fiado de personas que eran los peores clientes posibles.

3) Yo también he ido persiguiendo a los clientes para ver si me aceptaban un presupuesto.

4) Y también he perdido tiempo enviando portfolios. Si eso es ser paternalista y machista, entonces lo soy.

Otra cosa. Ten cuidado con las redes sociales.
Son un lugar peligroso para hablar, ya que está llena de héroes sociales a los que les gusta darse golpecitos en el pecho.
Muchas personas habitualmente pierden su tiempo publicando, dando lecciones con sus súper valores y ejerciendo de abogadas de otras que no lo han pedido.
En lugar de preocuparse de vender.
Y los grupos de facebook y todo eso no son el mejor lugar para ello.

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Mando emails machistas como este todos los días. Te he avisado:

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