«Tiene un camarón de verdad»

¿Alguna vez te has sentido rechazado por tu mercado?

Como si todo lo bueno que tienes para ofrecer no encajara y solo vieran lo malo.

Si lo has experimentado alguna vez sabes que es muy desagradable.

Es una sensación de humillación mezclada con frustración y vergüenza.

Te cuento esto porque hace poco conocí la historia de un chico cuya novia se reía de él.

Y si entiendes lo que te voy a contar aquí también entenderás lo que necesitas para no tener que (volver a) pasar por eso de nuevo y conseguir destacar sobre tu competencia de una vez.

Pero volvamos un momento al chico.

Después de las risas (enseguida sabrás por qué) llevaba algunas semanas sospechando de su novia.

Cada vez que ella estaba con el móvil y él a su lado, ella cambiaba de posición para que él no pudiera ver lo que hablaba.

La curiosidad le estaba abrasando por dentro.

Un día ella fue al baño y sin darse cuenta dejó el móvil desbloqueado en la mesita de noche.

Así que el tipo aprovechó el momento para revisarle el whatsapp.

Lo que se encontró partió su hombría en mil pedazos.

Entre los mensajes había algunos del tipo:

─ Novia: «NOOOOOO, SU PENE ES PEQUEÑO 😭😭😭 ES COMO DE 7cm, ¿QUÉ SE SUPONE QUE DEBO HACER CON ESTO?»

─ Amiga 1: «JAHAHAHAHA»

─ Amiga 2: «TE MERECES ALGO MEJOR»

─ Amiga 3: «TIENE UN CAMARÓN DE VERDAD JAJA»

─ Amiga 1: «🍤🍤🍤»

─ Amiga 4: «Y AHÍ VA SU DEFECTO»

El chico se sintió tan humillado que empezó a llorar desconsoladamente. Cogió sus cosas y se marchó sin decirle nada.

Dejó de hablarle y la bloqueó de todos lados.

Pero eso no es lo peor…

Le pidió a su jefe una semana libre. Dejó de ir al gimnasio. Se alimentaba de un par de manzanas y un batido de proteínas al día. Y apenas se duchaba.

Esta historia puede tener muchos ángulos y aprendizajes diferentes si miras bien.

Pero quiero centrarme en uno que no es el más obvio pero para mí es el más importante.

Cuando pienso en este chico no puedo evitar pensar en todos los emprendedores y marcas que sienten la humillación de ser ignorados y burlados por su mercado.

Viendo cómo parece que la competencia tiene algo mejor que ellos no.

Y sintiendo que cuando consiguen algún cliente es más por casualidad que porque tengan un sistema predecible para hacerlo.

La causa es más o menos la misma: falta de confianza por algún complejo.

A veces ese complejo, aunque sea pequeño, puede minar la manera en la que te relacionas contigo mismo y con el mundo.

Sé cómo se siente eso.

Y tengo que reconocer que me costó darme cuenta del problema.

Escucha.

Por muy tentador que sea pensarlo:

El problema no está en ti ni tampoco en el mercado.

Esas cosas que te acomplejan o que te hacen sentir inferior e inseguro… no son verdad.

Verás, no es ningún secreto que a todas las mujeres no les gustan los penes grandes. Algunas prefieren un tamaño promedio e incluso más pequeño dependiendo de sus gustos y de cómo sea su vagina.

Entonces no depende del tamaño del «soldadito marinero» sino de cómo se complementa respecto a la «sirena».

Lo que quiero decir es que no hay nada bueno o malo.

Solo bien o mal posicionado respecto a la otra parte.

Y lo mismo sucede con los negocios y las ofertas.

No tienes que sentirte mal por algo que no puedes hacer como el resto.

Ni tratar de cambiarlo a la fuerza para poder encajar.

Lo único que debes saber es cómo posicionarlo en torno al tipo de cliente ideal.

El cliente que encaja a la perfección con lo que eres y lo que sabes hacer.

Piensa cómo te estás posicionando ahora mismo.

¿A quién estás tratando de atraer?

¿Se complementa contigo y tú con él?

¿Es el tipo de cliente que de verdad quieres?

¿Cómo podrían encajar mejor tus habilidades en un perfil concreto de cliente?

Cuando sepas esto ya has hecho el 80% del trabajo.

No puedo ayudarte con tu posicionamiento por aquí. Eso da para un curso entero.

Con lo que sí puedo ayudarte es a potenciar tu marca hasta tal punto que construyas una comunidad que te siga por quién eres y te admire.

Para que puedas vender sin florituras. Sin tener que fingir.

No tienes que ser el mejor en nada.

Solo el mejor entendiendo y solucionando el problema de tu cliente.

Y eso es algo que puedes hacer escribiendo un email de 300 palabras al día.

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